La vida escolar puede marcar a muchas personas con algún tipo de trauma. Algunos de nosotros cargamos con recuerdos dolorosos que quedaron grabados durante esos años cruciales. Pueden ser experiencias como el hecho de ser un poco más rellenitos y soportar burlas, lidiar con dificultades para hacer amigos o encontrar pareja, o incluso ser víctimas de matoneo por parte de los abusones que siempre pululan por ahí. Los casos son tantos que sería imposible enumerarlos todos; sin embargo, prefiero contarles el mío propio. Aunque el colegio me dejó varios traumas, ninguno afectó tanto como aquel que quedó marcado en mi memoria cuando fallé el último penal en la final del Inter-Cursos. Fue el último partido que jugué con mi increíble equipo en los últimos días del Colegio Nacional Integrado, que, para mi sorpresa, ahora tiene un nombre diferente cada vez que pregunto por él. El año en que terminé el bachillerato fue el 2002. Desde el grado sexto, e incluso desde párvulos, estudié junto...
Este espacio es dedicado a todas estas historias que alguna vez vivimos y pensamos en en escribir, pero que luego olvidamos hacerlo. Es una oda a mi infancia, mi vida en Honda, mi paso por el colegio y mis más añorados recuerdos.