Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de septiembre, 2014

"El Corazón tiene más cuartos que un hotel de putas"

No sé si fue por que la hizo Gabo en el año en el que nací, cuando escribió ‘El amor en los tiempos del Colera’,  que esta frase que se extrae del mencionado libro, me llegó tanto la primera vez que la leí, hace ya algún tiempo. No sé si fue porque la leí que comencé a pensar que era cierto lo que decía el maestro Gabriel García Márquez, y antes de comenzar a vivir por los andares del amor, acondicioné esa proposición en mi vida.  Tal vez fue por eso, o porque realmente es cierto, que el corazón, o al menos el mío, tiene más cuartos que un hotel de putas. Y es un hotel grande, al que se le pueden unir socios sin términos ni condiciones, y a los que a pocos les expira la membresía; pero también es un espacio que se puede administrar a voluntad y que si es necesario, se puede desocupar para que sólo un huésped sea el dueño. Sin embargo, en esos cuartos, siempre quedarán memorias de lo vivido, de lo que pasó cuando estuvieron alojados, algún objeto que tal vez dejaron

La crisis de antes de llegar a los 30

¿Te pasa que aún ves muchas cosas inciertas cuando en el pasado pensaste que a esta edad todo iba a estar resuelto? ¿No te sientes un poco confundido (a) y con algunos temores? ¿Hay decisiones que te cuesta tomar?  ¿Las trasnochadas y salidas a rumbear han pasado a un segundo plano? ¿Te preocupa lo que vas a comer? Bueno, si es más o menos así, estamos en las mismas. Yo tengo 29 años y tan sólo me queda uno, para salir del club de los 20, ese maravilloso lugar en donde aún se puede justificar una que otra embarrada y reducirla a la "locura". Pero igual ya se acercan tres décadas viviendo en este mundo que me parece cada vez más desconocido. Ya nadie me dice "estás joven, hay muchas cosas por hacer" y veo con temor cómo algunos se organizan y yo no puedo. La mayoría de personas que me rodean ya están pensando en formar hogar, o ya lo tienen. Quieren tener hijos, seguir poblando este planeta inviable y yo, simplemente me pregunto qué voy a comer en el a

El día que vimos un fantasma decidí estudiar periodismo

El sol derretía el asfalto y estábamos tarde para el encuentro que el profesor de español, al cual apodábamos 'Tin Tin' por su innegable parecido con el famoso personaje del cómic, había programado en el cementerio. Yo saqué un paquete de cigarrillos para compartirlo con mis compañeros de odisea mientras nos sacudíamos el popo de murciélago. Minutos antes habíamos entrado al hospital de Armero Guayabal en busca de algo sobrenatural  que nos causara miedo, pero en realidad lo que más nos asustaba era poder encontrarnos con un 'bolchevique'. El ingreso fue un poco complicado porque tuvimos que trepar los viejos y maltratados muros que estaban llenos de maleza. Santiago Rocha preparó la cámara por si se podía capturar algún movimiento extraño y el calor que nos azotaba sin piedad en ese momento, desapareció una vez estábamos adentro de las ruinas donde empezó un 'fresquito' inexplicable. Comenzamos a descender porque estábamos en el últ