Varias veces me despedí de ella sabiendo que era mentira, que los días, los meses o los años, me podrían otra vez en su desnudes. Varias veces me fui, sin ningún remordimiento, sin despedirme siquiera, sin avisarle, sin que se diera cuenta y solo el dolor de mi ausencia le avisara de mi partida. Lo hice porque sabía que cuando volviera la encontraría nuevamente esperándome, dispuesta a perdonarme y a amarme, dispuesta a volver a recibirme sin reproches. Varias veces la olvidé y la saqué de mi cabeza, más nunca de mi corazón. Le contaba las historias de mis otros amores, de mis desvaríos, de mis sueños y pesadillas. Ella escuchaba con calma y sonreía. Solía decirme que me quería más de lo que yo me quería, que me quería sacar del valle oscuro por el que siempre terminaba metiéndome. Quería que esas charlas de cama nunca se acabaran; pero cuando amanecía, el sol se ponía y todo volvía a la normalidad me daba cuenta de que nada podía ser y otra vez me iba. ...
Este espacio es dedicado a todas estas historias que alguna vez vivimos y pensamos en en escribir, pero que luego olvidamos hacerlo. Es una oda a mi infancia, mi vida en Honda, mi paso por el colegio y mis más añorados recuerdos.