En días como hoy no puedo creer que detrás de esto esté Dios. No ese Dios romántico y color pastel que nos venden, ese que supuestamente tiene un plan perfecto para todo. No. Para mí Dios es un ingeniero exhausto que lleva siglos intentando reparar una falla monumental: la vida misma. Un sistema mal diseñado donde amás con todo, entregás tu alma, creás vínculos irrompibles… solo para terminar despidiéndote para siempre. ¿Qué clase de Dios cuerdo diseñaría algo así? Hoy tuve que dormir a mi perro. Trece años y medio de amor puro, de lealtad silenciosa, de compañía absoluta. Y me niego a aceptar que haya algo hermoso o trascendental en eso. No hay enseñanza. No hay “todo pasa por algo”. No hay paz. Lo único que hay es un dolor seco, áspero, frío, que te arranca el pecho y no da explicaciones. Y no quiero una carta. Ya le dije todo. Quiero encontrar una maldita cura para el dolor. Porque sé que esto se repetirá. Sé que llegará el día en que tenga que enterrar a mis padres, a mis ser...
Este espacio es dedicado a todas estas historias que alguna vez vivimos y pensamos en en escribir, pero que luego olvidamos hacerlo. Es una oda a mi infancia, mi vida en Honda, mi paso por el colegio y mis más añorados recuerdos.