Le pedí a una AI que hiciera una imagen con base a esta entrada y este fue el resultado. Vivir parece simple: respirar, comer y beber con moderación, y existir. Pero la vida se complica cuando nos preguntamos por qué estamos aquí, y esas preguntas nos asaltan en los momentos más inesperados, como cuando nos duchamos, lavamos los platos, viajamos en avión o intentamos dormir. Es como abrir un buzón de Instagram después de publicar una foto provocativa con el texto "Hazme una pregunta". Llegan cientos de preguntas, pero las respuestas son tan vagas que no aclaran nada. A veces, ni siquiera tienen que ver con lo que preguntamos, sino que nos confunden más, dejándonos con más dudas que al principio. Todos tenemos alguna forma de escapar de esas preguntas. Nos llenamos de actividades, obsesionados con hacer algo todo el tiempo, como si huyéramos de algo, aunque no lo admitamos. Para mí, el licor ha sido mi escape durante mucho tiempo. Lo he usado para calmar las preguntas sin re...
Mi hermosa madre y yo, cuando todavía no tenía que preocuparme por sobrevivir. Te amo, mami. Desde pequeños, nos enseñan que debemos destacar y ser alguien importante en la vida. Nos sugieren que nos inspiremos en modelos a seguir para alcanzar el éxito. Así, a lo largo de mi vida, he soñado con ser alguien destacado. Quería ser tan admirable como mi abuelo, aspiraba a ser un exitoso escritor y director de cine, anhelaba el reconocimiento de mis talentos. En otras ocasiones, incluso fantaseaba con ser una orca o hijo de un multimillonario, solo para escapar de los problemas cotidianos y enfrentarme a otros dilemas. Sin embargo, últimamente, una extraña sensación ha invadido mi ser: la sensación de no ser nadie en esta vida, de ser un don nadie. Recientemente, por casualidad, me encontré con un fragmento del video podcast de Santiago Alarcón, donde el talentoso actor Andrés Parra compartía su sabiduría y sinceridad sobre su vida. Una frase suya me impactó: "¿Tengo que ser alguien...