Ir al contenido principal

¿El corazón es una buena brújula?

Para: Ca.Ca.Ca 
¿Por qué el Corazón va en contravía la mayoría de veces de lo razonable? ¿Por qué se persiguen deseos y no se aprovechan realidades? ¿Por qué se desprecia el cariño latente de alguien que te lo brinda sin reserva solo por perseguir el cariño esquivo de alguien que no puede sentir lo mismo por ti?

¿Es porque somos soñadores incansables? O ¿Es porque somos seres caprichosos? ¿Será que en el fondo estaremos esperando siempre a que pase algo mejor? O ¿Es producto de ese instinto conquistador que ha llevado a nuestra raza a descubrir tierras lejanas y a pisar la luna?

Pero ¿Y si el corazón estuviera siempre equivocado? ¿Y si el corazón se presentara como ese amigo que solo quiere lo mejor para ti pero te aconseja lo peor para sacarte del camino? ¿Y si el corazón está obsesionado contigo y actúa de esta forma porque no quiere que le pertenezcas a nadie más?

¿No te has puesto a pensar en la cantidad de sufrimientos que se evitarían si se fuera más razonable? Se hubieran podido evitar tantas lágrimas derramadas, tantas desilusiones, tantos cadáveres de promesas que nunca llegaron a ser verdad, tantas frustraciones e impotencia.

Yo si me he puesto a pensar en eso y he llegado a la conclusión de que entonces la vida no tendría sentido si se fuera razonable.

Si las personas no siguieran su corazón, nos hubiéramos privado de historias fascinantes, de personajes de ensueño, de inventos y de cosas maravillosas que hoy adornan nuestros días.

Y aunque sé que tu corazón ahora sigue otros pasos, le pido al mío que no renuncie a seguirte. Porque lo que más quiero y más deseo, es que tu corazón desvíe su atención, de la vuelta, mire hacia atrás y se encuentre con el mío para que juntos podamos comenzar a seguir nuevos sueños, nuevas ilusiones y nuevas esperanzas.

                                                                                                                                  

Comentarios

Entradas más populares de este blog

"El Corazón tiene más cuartos que un hotel de putas"

No sé si fue por que la hizo Gabo en el año en el que nací, cuando escribió ‘El amor en los tiempos del Colera’,  que esta frase que se extrae del mencionado libro, me llegó tanto la primera vez que la leí, hace ya algún tiempo. No sé si fue porque la leí que comencé a pensar que era cierto lo que decía el maestro Gabriel García Márquez, y antes de comenzar a vivir por los andares del amor, acondicioné esa proposición en mi vida.  Tal vez fue por eso, o porque realmente es cierto, que el corazón, o al menos el mío, tiene más cuartos que un hotel de putas. Y es un hotel grande, al que se le pueden unir socios sin términos ni condiciones, y a los que a pocos les expira la membresía; pero también es un espacio que se puede administrar a voluntad y que si es necesario, se puede desocupar para que sólo un huésped sea el dueño. Sin embargo, en esos cuartos, siempre quedarán memorias de lo vivido, de lo que pasó cuando estuvieron alojados, algún objeto que tal vez...

Atrapado en un momento del que no puedo salir

  He tratado de escribir algo memorable desde hace al menos ocho meses, lo juro, pero siempre me quedo en las primeras líneas y no logro concretar nada. Llegué a pensar que era más probable que James Rodríguez durara un año en un mismo equipo antes de que yo pudiera hilar una historia nuevamente. La última vez que terminé un texto extenso fue cuando le escribí la carta a Mafe. Ella dijo: “Pensé que iba a ser más larga”. Y eso que me tardé casi un año escribiéndola. He intentado de todo: cuentos, reflexiones, confesiones, pero no paso del primer párrafo. De hecho, es un logro que haya llegado hasta aquí con este texto. Al principio no me preocupé. Pensé que era normal estar cansado de pasar todos los días ideando estrategias y formas creativas para proyectos. Pero con el tiempo, comenzó a inquietarme no poder escribir. Releí algunos cuentos míos y, en lugar de sentir orgullo, sentí miedo: miedo de no poder volver a escribir así. No entendía lo que me estaba pasando. Últimamente nada...

Cuarenta años y ninguna instrucción

Hace poco pensé en hacer un video que se llamara 40 canciones y 40 películas que recomiendo antes de cumplir 40 años. Luego lo pensé mejor y me pregunté: ¿a quién carajo le importa eso? Seguramente a muy pocos. Después pensé: ¿y yo qué gano con eso? Pues nada. No sé por qué me preocupo. Caer en este reto de “producir contenido” como si fuera un deber, muchas veces sin objetivo claro, nos está distrayendo. En mi caso, no solo al crear, sino también al consumir. Y consumir. Y seguir consumiendo. Estoy tan disperso que hasta olvidé por qué comencé esta entrada. Ah, ya recordé: voy a cumplir 40 años este 26 de septiembre. Hace poco, mientras cenábamos en un restaurante hermoso en Santa Marta, Angie me dijo que me notaba afanado. —Estás más conservador y preocupado que nunca —aseveró con ese tono costeño, fuerte, guajiro, ese que me encanta. Me dijo que parecía preso de una cárcel invisible. —No logro identificar de dónde viene —dijo. —Viene de mí —le respondí, mientras me comía ...