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27 meses después y una musa escurridiza

Hace más de dos años inicié este proyecto. Venía de despertarme de una terrible pesadilla de la que pensé que no iba a salir bien librado. Una serie de eventos desafortunados se habían amontando, uno encima del otro, y me cayeron todos a la vez, sin previo aviso ni consideración.

Haber andado por un camino tan obscuro, me ayudó a ver las cosas claras y me colocó de vuelta en un camino que nunca debí abandonar: El de escribir, el de leer.

Una vez despierto volví a escribir y esta vez, lo hice público. Lo hice porque sentí la necesidad de compartir la tinta que se me ha dado como regalo. Y Esto me ha llevado a lo más profundo de mis recuerdos; me ha hecho soñar y escarbar todo lo que he vivido y quiero vivir; me ha hecho llegar a lugares donde no imaginé hacerlo.

Muchas personas nuevas han venido a mi vida gracias a mis escritos y otras, que se habían marchado, decidieron volver. Aún no sé si mis letras han ahuyentado a alguien, espero que no.

Y de esas personas que han vuelto, una fue importante para este proyecto, pues se convirtió en la musa, la fuente más grande de inspiración. Muchas de las grandes entradas de este blog nacieron mientras pensaba en ella, la mujer que un día me pidió una suite en  mi corazón y a la que le di un penthouse, y por la que estaría dispuesto a derribar los demás cuartos para dárselo todo solo a ella.

Al principio se quedaba conmigo hasta altas horas de la noche escuchando mis historias y contándome las suyas. Cuando se despedía y me quedaba solo, el silencio me la traía a la cabeza y al pensarla, como si no la hubiera pensado antes, miles de ideas surgían, me quitaban el sueño y me obligaban a sentarme a escribir. Ella era la primera que siempre leía mis bocetos.

Un día y de una manera repentina, como cuando el sol está en su punto más fuerte y de la nada comienza a llover, ella me dejó. Mi musa consiguió alguien a quién amar y quien la amara mejor. Traté inútilmente de retenerla, pero su interés ya no fue el mismo. Mi impotencia erró mis pensamientos llevándome a hacer cosas que la terminaron de alejar más.

Supuse entonces que la única manera en que se quedaría para siempre, era si escribía aún mejor. Desde entonces la mayoría de cosas que publico, y tal vez las más lindas, surgen siempre de mi afán por querer impresionarla nuevamente, por querer atrapar a mi musa escurridiza. 

Aunque he tenido la fortuna de compartir con otras encantadoras mujeres y a algunas de ellas incluso, las llegué a amar, siempre que me sentaba a escribir pensaba sólo en mi musa. No podía hacer otra cosa así me obligara a lo contrario.

Así que además de agradecerles a ustedes que me leen, que se toman el tiempo de entrar a mis publicaciones, que han hecho crecer este sueño. Quiero agradecerle a ella, a la mujer que extraño en silencio, en secreto hasta hoy. A la mujer que me llena el pozo de la inspiración.

27 meses, 56 entradas, más de 28 mil visitas de al menos 20 países distintos. Eso es Tinta Infinita. El legado de mis letras, el lugar donde entreno una pluma que pretendo llevar lejos.

Gracias por leerme, por compartirme, por aguantarme. Ustedes han hecho que una simple intención hoy tenga un gran significado. Y aunque no sea el blog más leído, estoy feliz y orgulloso de llegar a los ojos y corazones de quienes se toman el tiempo de leerme, porque escribo desde el corazón. Les deseo un feliz y prosperó año nuevo.

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