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Maldito 'Chacaneto' Capítulo I : Al que madruga, Dios le ayuda


Hace un tiempo ya, donde andar a caballo y arreglar las cosas a duelo de muerte era común, existió un honorable hombre llamado Micancio.

Era alto, buen mozo y muy trabajador, y llevaba consigo el apellido Castillo. Pero como todos los hombres de la tierra, tenía un defecto: era extremadamente celoso.

Trabajó desde muy pequeño y desde muy pequeño se acostumbró a tener plata. Al principio, recibía fuertes sumas de dinero por cuidar de fincas y luego, comenzó a recibir animales a cambio de su trabajo. A veces le daban caballos, pero la mayoría de veces le daban reses. Fue así como llegó a tener mil de ellas y una linda y amplía parcela donde vivía con su hermosa mujer. Se planteó ser poderoso. Tener dos mil cabezas de ganado más y generar dinero suficiente para sus próximas tres generaciones.

Dibujo: Samy Mojica. 

Con el paso de los años tuvo tres hijos, muy seguidos unos de los otros, a los que nunca pudo registrar con su apellido porque vivía muy ocupado y era muy celoso para permitir que su esposa fuera a hacerlo. Por eso sus retoños tuvieron diferentes apellidos, que los vecinos, quienes los llevaban a registrar, le fueron colocando porque no se acordaban del original.

No le importó. Eran tan parecidos a él, que le pertenecían, y cuando fueran adultos arreglaría el tema de los nombres. Lo único que importaba era trabajar y hacer dinero para que su hijo se fuera a estudiar a la ciudad y se convirtiera en doctor, también para que sus dos hijas lo siguieran y se convirtieran en modistas. Todas las noches pensaba en lo mismo y todas las noches lo repetía.

Pero la vida no le regaló mucho tiempo. A sus 27 años murió de fiebre amarilla, y su utopía se fue con él en aquellas sábanas blancas donde colgó su cadáver, y que unos jinetes llevaron agarradas a los caballos en su funeral.

La viuda, inexperta del mundo, quedó sola, con una jugosa herencia y tres pequeños hijos que criar.
No pasó mucho para que un vividor llegara a aquella oportunidad de vida, y tampoco, para que la mujer se sintiera tan sola para agarrar al primero que apareció.


Ese fue 'Chacaneto'. Un hombre de mediana estatura, fornido y lleno de historias.

MALDITO CHACANETO. CAPÍTULO II : EL MÍTICO ORIGEN DE ‘CHACANETO’



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