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Una amiga para el fin del mundo




"Todos estamos rotos, así es como entra la luz" - Ernest Hemingway.


Hay una película que se llama así: buscando un amigo para el fin del mundo (2012). Es protagonizada por Keira Knightley y Steve Carrell. No le fue muy bien con la crítica, pero a mi gustó, tiene cosas interesantes, sobre todo la banda sonora.

Pero no estoy aquí para hablarles de esa película ni de cine, sino de por qué uno debe tener una amiga, amigo o amigue para el fin del mundo. (Llevo más de un mes de aislamiento completamente solo, así que espero que entiendan mi discurso).

Este año es el más cercano al final de los tiempos que hemos tenido de todos los años que prometieron ser el fin del mundo. Le metieron presupuesto a esta vaina.

Apenas han pasado cuatro meses y estuvimos a punto de tener una tercera guerra mundial, se quemaron todos los bosques en Australia, un virus invisible nos tiene sometidos, hay actividad volcánica, caída de meteoritos, avistamientos constantes de ovnis, Camilo no deja de molestar a Evaluna y Luisa Fernanda W está embarazada.


   Parece un año grabado en plano secuencia.


Aunque muchas veces esperamos momentos así, hemos estado expuestos a situaciones para las que realmente no estábamos preparados, todo es completamente distinto, por lo que todo no puede ser tomado de la misma manera en que lidiamos con los problemas cotidianos de nuestras vidas, necesitamos otra perspectiva.

Y es verdad que existen personas que la están pasando muy mal. Peor que los otros. Como alguien hace poco me dijo, "siempre habrá alguien peor y alguien mejor que tú".

Pero esta no es una situación que se viva solo por el covid-19. Es algo que existe desde antes, solo que se hizo más visible en esta crisis. Las brechas inmensas entre clases y las personas desafortunadas y marginadas han existido desde el inicio de los tiempos, con pandemia o sin pandemia, y lo peor es que antes habíamos pasado por situaciones similares y nada cambió.

Y en medio de esto, cada uno puede tener sus propios problemas. Unos son más duros que otros, pero al final son problemas. Todos lidiamos con nuestros propios demonios.


Y cada uno tiene derecho a sentirse triste, encerrado, asustado, desesperanzado, con la autoestima por el suelo, improductivo, solo, completamente solo, sin esperanza, negativo, angustiado, lleno de ansiedad, deprimido, enojado, presionado, agradecido, nostálgico, creativo, productivo, improductivo, feliz, bendecido, afortunado, veraneado, amoroso u olvidado…Porque repito, NADIE nos preparó para esto.


Se tiene que agradecer la fortuna de ser privilegiado, de contar con familiares, amigos, compañeros que están ahí preguntando por ti. Que te llaman y que se preocupan.

Sin embargo, también llegué a otra conclusión: tus mejores amigos no pueden ser los amigos para el fin del mundo. Ellos ya han sido soldados de otras batallas y están lidiando con sus propios líos.

No me malinterpreten, no quiero decir con esto que hay que echarlos a un lado, olvidarlos o menospreciar su inmenso aporte a tu vida. Para nada. Al contrario, hay que estar más firmes que nunca.

A lo que me refiero es que estamos en un momento distinto y se necesita de alguien distinto. De una energía renovable. La trama no puede ser tan predecible. Debe haber un giro de 180 grados en el guion.

Se necesita de alguien que no te conozca (aunque parezca conocerte de toda la vida) para que te escuche realmente y te entienda sin prejuicios, te regañe, te refute, y te recuerde lo afortunado que eres.

Se necesita de alguien que te haga pensar y trabajar por los demás, que siempre mantenga una mirada positiva ante cualquier situación, que tenga la fortaleza de un junco, que sea una persona bella por fuera y por dentro, que sea ruda, pero llena de amor, que se desviva por los demás, que tenga una sonrisa de conejo, que escuche tus dramas, los juzgue, se burle de ellos y te ayude a salir.

Se necesita de alguien que te mande fotos de sus recetas, que haga un podcast para contarte sus ideas e ilusiones más grandes, que te cuente cosas bonitas para contrarrestar tantas noticias tristes que has tenido que escribir y que revele sin querer tus conversaciones y aún así las sigas queriendo.

Se necesita de alguien que quiera ser mejor persona cada día, que te invite a charlas de motivación y a encuentros de meditación, que te moleste para levantarte el ánimo y que haya aprendido tanto en la vida que ahora solo quiera agradecer por todo y mejorar la vida de los demás. 

Todos deberíamos tener la fortuna de encontrar una amiga, amigo o amigue nuevo para el fin del mundo. Y aunque sabemos que contamos y que siempre estamos ahí para los amigos de siempre, ojalá ellos también puedan tener algo mágico en medio de este momento.

Encontrar a alguien así es igual de maravilloso que ver volar un avión y presenciar el brote de una flor en medio del asfalto. Gracias.

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