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Por fin tengo con quien gastarme los minutos ...

Y las noches son tan cortas para hablar. Pareciera que nos fuéramos a quedar sin palabras de tanto que las usamos. 

La distancia se acorta y te siento al lado, sentada en mi cama, cocinando mi cena, saliendo del baño para ir a darme un beso con tu nariz, acostada en mis piernas.

Te puedo ver fijamente a los ojos y recorro con mis dedos tu hermoso rostro. Me detengo a contar tus lunares en el pecho y te muerdo el pelo. Tú haces esa cara de consentida, te enroscas y los ojos te brillan como la noche en la que bailamos por primera vez.

Me gusta contarte historias y que me cuentes las tuyas porque te he podido aprender a conocer gracias a ellas. Me hace feliz saber que estás en mi vida. 

Por fin tengo con quien gastarme los minutos del plan de mi celular y te llamo como un loco que nunca ha usado un teléfono en la vida, aunque realmente me gustaría que los minutos de mi vida fueran ilimitados para poder gastármelos todos contigo.

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