-"Usted es un hijueputa" le decía esa pobre muchachita al galán de colegio que tenía la camisa por fuera, la sudadera remangada hasta las canillas, zapatos blancos y una gorra de reguetonero.
-"Usted es un malparido, maldito" repetía esa niña que debió haber tenido nombre bien excéntrico para que ese muchacho con arete de diamante falso y que mascaba chicle con ademán de 'choro' le gustara tanto.
Y es que de lo que me pude enterar mientras esperaba una ruta de Transmilenio (ósea mucho tiempo) fue que este 'Maluma Wanna be', que además usaba también remangado el camibuso del colegio, le había puesto los cachos a su novia.
Vaya usted a saber qué otra mujer es capaz de meterse con un man de esta categoría, pero bueno.... La niña, que tan poco era la maravilla, le estaba reclamando y el man sólo se reía y mascaba chicle y miraba a todos lados, como si alguien lo estuviera grabando -"ay, relajada" decía esta ternurita de man.
Pero por más bizarro que fuera el paisaje, aquella mujer que si sigue con esos gustos le deparan una serie de hombres bien interesantes, tenía sentimientos y sus lágrimas que se escurrían mientras veía a su hombre salirse por la puerta por donde uno aborda el articulado, lograron conmoverme.
Fue ahí donde pensé que el infiel se parece al asesino. Esta 'gala' tenía pinta del paquete completo (ladrón, matón y chayane de barrio), y al verlo cruzar la calle con esa displicencia por su propia vida pensé que fácilmente podría matar a alguien también.
Y es que traicionar a alguien es como apretar el gatillo y dispararle a otra persona a quemarropa.
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