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Tener una relación en estos días es complicado, todo el
mundo tiene acceso a las demás personas de una manera tan directa que cuesta
creer que la privacidad tenga algún tipo de significado.
Por ejemplo yo veo a Facebook como una discoteca, una gran
discoteca en la que andan muchas personas con un punto verde en la cabeza que
dice "disponible" y entre esos tú y tu novia.
Entonces, a cualquier hora, en cualquier momento y en
cualquier lugar, alguien puede llegar de la nada y decirte "hola" y
también a tu novia.
Y en ese orden de ideas tú y tu novia están a la merced de
una gran cantidad de personas, como langostas nadando en un estanque en medio
de un restaurante lujoso, esperando el designio de un comensal hambriento que
con su elección condena a la muerte a la que más le gusta.
Pero y qué tal si esa persona que saluda de la nada tiene
una linda foto, una muy interesante foto en su perfil, una que llame la
atención, que genere curiosidad, una más bonita que la tuya o la de tu novia.
Esto genera un impulso, una reacción, una respuesta, otro "hola"...
Dios mío, ya son dos " hola" de dos desconocidos, el génesis de
todo ¿qué más sigue?
No es cosa mía, de hecho para el 2013 Facebook ya había
provocado 28 millones de separaciones en el mundo, es decir, 56 millones de
personas perdieron su pareja por andar pegados de esta vaina.
Un estudio de 2014 de la Universidad de Boston, publicado en
la revista Computers in Human Behavior (Computadores en el Comportamiento
Humano) determinó que el uso de Facebook y otros sitios de redes sociales está
vinculado a un aumento de la insatisfacción marital y/o de pareja y contribuye
ampliamente al aumento de las tasas de divorcio.
Los investigadores también encontraron que entre la gran
cantidad de usuarios de redes sociales, el 32% había pensado en dejar a sus
parejas, en comparación con un 16% de los no usuarios de las redes sociales.
La verdad, según fuentes cercanas consultadas, las redes
sociales sí les han ocasionado problemas de pareja al menos una vez, incluso
hasta el punto de terminar la relación. La primera pareja que diga que no le ha
tocado poner condiciones y reglas respecto a esto, no existe.
"Pasábamos más tiempo hablando con otros que entre nosotros
mismos, incluso estando en la misma cama" me contó Vanessa, que hasta tuvo
que poner reglas con su expareja para que el problema no fuera más allá. Otra
persona, cuyo nombre no voy a mencionar, se pudo dar cuenta de la infidelidad
de su pareja gracias a esto.
Y aunque la solución de todos para evitar problemas llega a
un mismo punto: guardar prudencia, no basta solo con eso.
Es cierto que las redes sociales son un puente que acorta
distancias culturales, noticiosas, y acerca cualquier tipo de relaciones, pero
a la vez es un camino que destruye las reales, las más cercanas, las tangibles.
Ya es muy común ver un grupo de personas estar ‘pegados’ a
la pantalla de su celular mientras esperan una orden de comida. Que desespero.
También, cuando uno se encuentra con cierto tipo de gente, la mayoría de conversaciones
dependen de mostrar el celular para ver qué meme es más chistoso. Basura. Las redes
sociales se han convertido en una extensión más del cuerpo, como si no se
pudiera vivir sin ellas, como si se tratara de un respirador artificial.
No vale nada, al menos para mí, guardar distancia de las
redes mientras se está con la pareja si mientras no se está con ella no se la
pasa sumergido en eso.
Yo sufro de insomnio y aprovecho las madrugadas para hablar
con mis amigos que están en Australia, por tema de diferencia horaria, por lo
que es normal que aparezca en línea siempre entre 12 y 2 de la mañana.
Tuve una novia que se hacía llamar "gallina" porque
se acostaba muy temprano, según ella, porque eso era beneficioso para su salud
y su belleza. Pero, pese a su discurso de vida saludable, en alguna que otra oportunidad pude ver su
bombillito prendido a altas horas de la madrugada de la nada.
Sobre todo una noche de sábado en la que muy
misteriosamente, mientras estaba de viaje, se despidió de mí muy temprano para
irse a dormir. La veía conectarse y desconectarse en varias oportunidades
mientras yo estaba escribiendo a la madruga.
Después, por lo que era la persona con la que más tenía
contacto por el Messenger de ese maldito Facebook, comenzaron a
aparecerme siempre sus feeds (actualizaciones) y la mayoría de ellos contaba
que se acababa de hacer amiga de una persona, y sí, de 10 que agregaba, al
menos 8 eran hombres. Cada semana se hacía amiga de 5 personas
aproximadamente, cada semana. Por Dios ¿quién era? ¿Una celebridad?
Ella no estaba estrenando trabajo, ni tampoco había
comenzado una maestría o un curso donde tuviera la oportunidad de conocer
tantas personas. No era relacionista pública, no trabajaba en Social Media y
supuestamente ella, no le interesaba mucho el Facebook.
El saldo después de todo eso fue que cada vez que dormía
conmigo ponía el celular en modo avión "para no sentir mientras dormía las
señales dañinas que emiten los celulares". También comenzó a demorarse
mucho más tiempo en el baño, mencionando claro está, que no podía dejar de ir
con el celular, como si este le sirviera también para limpiarse o tuviera una
aplicación que le indicara el peso de cada cagada.
Aprovechaba cada descuido, o me enviaba a hacer cualquier
cosa a la cocina, para contestar un mensaje, y una vez vi cómo a escondidas,
a eso de las tres de la mañana, estaba echándole un vistazo al IPhone, al mismo
que ponía en modo avión. Ay Las mujeres, su mayor defecto siempre será la falta
de coherencia.
Me creyó caído del zarzo. Ay mija, cuando usted va por
chicles a la tienda, yo ya vengo haciendo bombitas. Pueda que si tenga pinta de
bobo, de grande y acaba chiros, pero le puedo asegurar que me al menos sé que
el agua moja.
Comencé a hacer silencios, como se hace en los auditorios
para saber si la gente te está prestando atención, y sólo se oía el sonido de
su teclado mientras ella movía la cabeza en modo de aprobación, fingiendo que
me ponía cuidado.
-Quédate con quien estés chateando. Vuelvo después.
-Deja el show amor que estoy revisando Twitter.
Y yo pensaba: "claro, como para trinar uno tiene un
espacio infinito y no solo 140 caracteres. A creer marica a otro boba marica.
Lo que más me ofendía era su capacidad de creer que yo le
creía esas excusas tan baratas y su expuesta formula de querer cambiar la
arepa.
-Ay, ahora no puedo ni ver la hora en mi celular, cómo si me
la pasara viéndolo a todo momento. Me decía una mujer que dormía con el aparato
al lado y lo primero que hacía al levantarse era ver el celular.
Así está la gente, metida en una relación con ese aparato,
pendiente de qué puso fulanito, o fulanita. A dónde fue a vacaciones, de ese
vestido tan feo, de esos amigos tan guisos, de esa gente tan vaga, de ese par
de esposos tan faranduleros, de ese man que se la pasa viajando y quién sabe de
dónde saca la plata, de la vieja que volvió a terminar con el novio, de la puta
que sale con un tipo diferente cada fin de semana, del ex novio que terminó metiéndose
con la vieja que se sospechaba, de lo gorda y veja que está la ex compañera del
colegio.
Estas redes sociales son además de una cantidad de cosas
buenas (si se usan como se debe), un potencializador que refleja en grandes proporciones una
sociedad decadente y plástica, con muy poco en su cabeza.
¿Está bien que usted,
teniendo una relación estable o un matrimonio, pase más de 2 horas
hablando con otra persona o todos los días? Ojo, persona que no sea tan cercana
a usted, ni amiga, ni hermana, ni hermano, ni primo, no nada de eso. No es que
vaya a salir pues con esa respuesta marica.
Risas van, risas vienen, una que otra insinuación entre líneas,
una fina coquetería. Todo se da en medio de eso, como en una discoteca.
Pregúntese ahora mismo, o en el momento que esté al lado de
su pareja, acostaditos en la cama, si a
esta le gustaría saber que usted hace eso, ¿qué pensaría? y ahora, ¿cómo se
sentiría si se entera que su pareja lo hace?
Eso de tener relaciones sin infidelidad con eso de por medio
es muy jodido, aunque por supuesto de que las hay las hay. Claro está que en
este mundo actual, de liberación y las nuevas ondas, uno no sabe qué esperar.
Aunque sí, las relaciones son un salto de fe, un tiro al
aire, una apuesta en la que se deben cerrar los ojos, porque como por ahí dicen
"para ponerle los cachos lo hacen detrás de una bicicleta".
Solo que ahora es mucho más fácil salir de la burbuja de
cristal de que su pareja es fiel, porque si antes todo se sabía, hoy queda todo
registrado.
Así que la conclusión la a la pregunta de si es posible
tener una relación sin infidelidad con las redes sociales de por medio, la
responden ustedes.
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