Te veo dormida a mi lado, recostada en la almohada que tanto te gusta con un pie afuera de la cobija.
Te despierto para hacerte el amor.
Te despierto para hacerte el amor.
Te escucho mientras te arreglas el pelo y debes apagar el secador para decirme algo.
Te preparo el desayuno, el aguacate está perfecto para hacer mantequilla. Le quito las pepitas a la patilla, te hago el café como te gusta.
Te toco la espalda mientras te vistes. Te doy tres besos en cada cachete. Te digo que te quiero, que eres mi tesoro.
Salgo a trabajar y te pienso todo el día. Aguardo con ganas el momento de regresar a casa para volver a verte.
Almuerzo lo que me empacaste para llevar y repito el postre que hiciste, esta vez está más rico que nunca.
Es de magrugada y regreso a nuestro hogar. Todo está en silencio, te voy a encontrar dormida, recostada en la almohada que tanto te gusta con un pie fuera de la cobija.
Pero cuando prendo la luz del cuarto no estás y vuelvo a recordar que eres un fantasma.
Pero cuando prendo la luz del cuarto no estás y vuelvo a recordar que eres un fantasma.
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