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Soy la Selección Colombia de Reinaldo Rueda

Este martes Colombia completó 472 minutos sin hacer un  gol y sumó su quinto partido consecutivo sin conocer la victoria.



Desde hace meses que me vengo sintiendo como la Selección Colombia, y no es precisamente porque no la pueda meter (cosa que también me pasa) sino porque no me encuentro y no encuentro cómo darle la vuelta a esto.

Trato de hacer todo tipo de cambios en mi vida, pero sigo sin hallar la armonía que por otros días sentía en mí. Sigo sin sentir esa chispa que me permitía definir y concretar. Sigo sin poder obtener, por más que lo intente, la luz que me hacía brillar.

Cambié de trabajo porque que quería comenzar una nueva etapa en mi carrera y generar otro tipo de contenido, cambié mi horario de dormir porque quería mejorar mi salud, me vine a trabajar a Honda para estar más cerca de los míos, incursioné en el ciclismo, metido y hago ejercicios de respiración, compré aceites para mantener la concentración, relajarme, y reducir el estrés,  tomo melatonina para poder conciliar el sueño, dejé de lanzar opiniones políticas para evitar discusiones que no llevan a ningún lado, trato de entender que cada cosa que me pasa está construyendo mi personaje para que se convierta en un Jedi, le ofrecí disculpas a personas que había lastimado tiempo atrás, cerré ciclos que no había podido, escucho más canciones de regueteon,  no volví a leer malas noticias antes de dormir, trato de poner límites para darme mi lugar con las personas que me relaciono, trato de expresar de la mejor forma posible lo que siento a las personas que me importan y amo, madrugo mucho más que antes para disfrutar de los amaneceres en medio de las carreteras por donde monto, me meto el celular en el bolsillo y no en la mochila para vibrar alto, he acudido a terapias en las que siento que el profesional que me atiende está redactando historias para Instagram cuando me aconseja, guardo silencio mientras mis papás ven Yo Me Llamo para no decirles lo que realmente pienso del programa,  pero nada de eso me  funciona para sentirme mejor. 

Es como si se me hubiera cerrado el arco.  Me siento impotente, como el equipo de Rueda...

Claro que yo soy un poco más arriesgado que el técnico de la tricolor,  pues al escribir esta entrada estoy siendo muy valiente, ya que quejarse desde "el privilegio" parece un acto prohibido. Además, seguro mi mamá la va a leer y me va a regañar y a decir que uno no tiene que estar contándole la vida a todo el mundo. Pero lo siento, escribir es una terapia para mí. 

Pasa que hasta para eso uno pierde libertad. Si tienes un empleo, si tienes familia y amigos,  y si no te ocurren tragedias como las que pasan a diario en los noticieros o no eres un famoso y/o influencer que está pasando por un bajón tú no tienes derecho a sentirte mal.

Porque eres un desagradecido, porque no eres capaz de ver cómo están otras personas que lo han perdido todo, que no tienen un techo para dormir, que llevan meses y meses tratando de encontrar un trabajo, que sufrieron la muerte de sus seres queridos por el Coronavirus,  que están enfermos, que creen que Epa Colombia hace plata vendiendo keratinas o que siguen la fiesta de Lina Tejeiro en redes sociales. 

Esa vil maña de hacerte sentir culpable desde siempre por cosas que no tienen nada que ver contigo (como cuando te decían "no le da pesar no comerse la sopa de mondongo cuando hay niños en el África aguantado hambre") y por cosas que tienen que verlo todo, pero que no deben generar ni un solo momento de culpa (como cuando sientes que no das más).

Y hablando de culpas, lo más fácil de todo es echársela al cuerpo técnico y decir que todo pasa porque no hace bien las cosas.  Pero eso es injusto. Reinaldo es un tipo que trabaja arduamente y es un buen técnico. Las cosas no se han dado como si de una maldición se tratara. Jugadores que brillan cada 8 días con sus clubes y que meten goles hasta con las pestañas, llegan a la Selección y es como si estuvieran en Space Jam y les robaran sus habilidades: les rebota cualquier balón, le pegan terrible a la pelota, se les olvida cabecear y no levantan un centro.

Claro que Reinaldo tiene mucho que ver, pero no es 100% responsable. Hay algo más ahí, como una fuerza que no deja avanzar, como una cadena que retiene, como un magnetismo maligno que se niega que las cosas salgan bien, a que se pueda generar un juego bonito y efectivo. A que se pueda ser feliz.

Pero tal vez estoy exagerando.Es verdad, gracias a Dios yo estoy bien, así como la Selección Colombia hoy es cuarta en la Elminatoria pese a no meterla y no ganar.

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